martes, 6 de agosto de 2013

Juan Rana a cuatro manos















En una apuesta divertida y muy generosa Emilio Carballido rescata y presenta un texto dramático del siglo XVII con ligeras modificaciones para un público juvenil de finales del siglo xx (El desafío de Juan Rana aparece en Teatro para adolescentes, 1985). Pareciera obvio señalar que es necesario un conocimiento de la dramaturgia para re-crear un sainete divertido como el de Pedro Calderón de la Barca aunque con los elementos cómicos contextuales histórica y culturalmente, sin embargo es preciso, además saber del texto espectacular. Es decir, qué modificaciones son necesarias para que funcione un texto diegético como este.
El argumento que resulta gracioso en la ficción, aunque no tanto en la vida real, trata sobre la infidelidad como deshonor y la afrenta necesaria para limpiar esa falta. Entonces, los diálogos, la caracterización de los personajes, el espacio representado y todos los signos teatrales tanto los inherentes al actor como los que están fuera de él, la música por ejemplo, van encaminados a provocar la empatía con la pieza, en especial con el protagonista.


Habría que ver cuántas de las acotaciones tan meticulosas de Carballido se respetan al momento de la representación del sainete. Y esto sobre todo porque se ve una preocupación muy apremiante por ciertos detalles dentro de la obra como el que Gila entrene a Juan Rana con "blandiendo" un bebé, en lugar de un machete, o en todo caso de un plumero, un machacador de frijoles o cualquier otro objeto.
De lo que no hay duda es del gran lector que fue Emilio Carballido tanto de la literatura como del entorno con el que se enfrentaría la juventud latinoamericana: anemia literaria, por llamarla de algún modo. Esto es, hay poca lectura consistente, nutritiva porque muchas veces a pesar de que se puede leer mucho en internet, lo que ocasiona sólo son problemas por el alto consumo de chatarra.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo en la crítica que haces. Tanto hoy como hace 28 años existe poca lectura consistente. De ahí el gran valor que tiene la colección dirigida por Carballido y publicada por una editorial (Editores Mexicanos Unidos) que antes apostaba por la calidad y ahora por los bestsellers de autoestima. Rescato lo que Carballido escribe al inicio de la obra, en donde identifica explícitamente al público de las pequeñas piezas teatrales, a quienes "No va uno a contarles mentiras, ni a darles mediocridades como tabla de valores". Y más adelante él se pregunta: ¿Cuáles son las "fronteras del mapa que podemos ofrecer a los chavos a través del teatro"?. Y sí... "Como siempre, los clásicos tienen la correcta medida de todo".

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    1. Estimado Urani, muchas gracias por la visita.
      Y creo que sí, en definitiva, los clásicos tienen una vigencia pasmosa. El maestro Federico Ferro Gay decía que los seres humanos somos los mismos, lo que cambiaba eran las circunstancias. Es cierto, las necesidades, las pasiones, las filias y fobias humanas son las mismas, ahora contamos con un medio como este en el que puede entablarse un diálogo desde lugares distantes en la misma ciudad o en diferentes países sobre un tema del pasado que lo hala su misma actualidad. En fin, los clásicos, clásicos serán y desempolvarlos un poco para las generaciones más jóvenes es una de las labores a la que hay que apostarle.

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