viernes, 20 de septiembre de 2013

Corona de fuego y la profecía de Cuauhtémoc

Rodolfo Usigli presenta un auténtico drama histórico, según la conceptualización de Lukács, en Corona de fuego. La colisión dramática se da con la muerte de Cuauhtémoc. En el texto va como rehén junto a Cortés hacia las Hibueras y el castigo que intenta poner a Cristóbal de Olid. Después de la tortura de los pies quemados llevan a un Cuauhtémoc que no se deciden a matar. Sin embargo, esa muerte anunciada, esperada e incómoda lleva a todos los personajes y a todas las acciones hacia ese punto. Todos los movimientos son jalados hacia esa colisión y solo en ella encontrarán su explicación. Así afirma, Usigli, lo que menciona en el epígrafe porque no se trata de una clase de historia pero sí de una lección, a pesar del subtítulo: Primer esquema para una tragedia antihistórica americana.
Ya que se habla de tragedia, vale la pena señalar los coros al estilo de la tragedia griega que Usigli utiliza. Aunque en las didascalias los ubica al fondo del escenario se presta más para que en la puesta en escena el coro sea más dinámico y se desplace por el tablado, lo que le daría una plasticidad que refleje esa tensión y movimiento que requiere el drama.
En lo que se refiere al "individuo histórico" aquí se ve claramente porque Cuauhtémoc se presenta como la figura importante sobre Cortés o la misma Malintzin. Y como en toda tragedia, el héroe debe morir. Los diálogos y los espacios representados se alejan de los tradicionales para presentar la conquista, entonces, la tensión se arroja al "antihistoricismo" sobre el balance que se tiene de los personajes y de la coyuntura histórica siglos después. Y en lo particular, no me parece antiteatral como lo señaló Armando de María y Campos en una reseña de la puesta en escena. No fácil, de acuerdo, pero con una concepción de lo teatral muy desarrollado.
Les dejo un documental sobre el dramaturgo:

2 comentarios:

  1. Sí... ese de María y Campos hizo la reseña algo enfadado o quizá tuvo que pagar por su boleto y no fue invitado. Creo que Usigli piensa en teatro, desde actores, escenario y hasta presupuesto. La técnica anti-histórica es la que habría que cuestionar. Las amenazas particulares de cómo serán juzgados los personajes en la historia nacional le quitan tensión al aquí y ahora de la representación (lectura). Quizá ese es el objetivo, aunque no me/nos guste.

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  2. A mí me gustó, es un texto dramático difícil, pero me parece que es un esfuerzo mucho más logrado que el de Luisa Josefina Hernández cuando trata de empatar la cultura mexica con las grandes culturas mundiales y que intenta un anacronismo muy desafortunado con la pléyade de personajes de la otros momentos históricos.

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